De libro a película #2: No soy un serial killer

Creo que me he esperado mucho más de lo que podía dar esta cinta ya que la novela con el mismo título me ha encandilado de principio a fin pero es cierto que ninguna película será mejor que el libro. Realmente no sé si me ha gustado o no la película pero hay que reconocer que las escenas, varias de ellas, se han tomado en cuenta de forma casi literal aunque eso se aplaude pero aún así he percibido que el director ha querido incluir estas escenas tal cual sin embargo, lo que ha faltado a partes iguales es el desarrollo tanto de personajes y pasajes. Básicamente me deja la sensación de haber disfrutado de una cinta que tenía todo el contenido para ser bien explotada pero solamente me encontré con la cáscara a pesar de tomar en cuenta escenas importantes que salen en el libro.

Dicha mi apreciación general lo que podemos rescatar en buena parte es la buena interpretación de Christopher Lloyd y sobre todo al joven que se pone bajo la piel de John Cleaver, Max Records, vamos que lo imaginé tal cual, esa mirada de psicópata, la distancia que tiene con las personas, los arranques de locura, en fin, no podía desmerecer la participación de ambos actores y hablando de actores pues los demás no tuvieron el peso que se les podía dar para complementar la historia, es como si estuvieran ahí para rellenar las escenas y no tanto por ser parte importante para que la película tomara el peso esperado.

La ambientación es perfecta para que se desarrolle la catástrofe terrorífica que pedimos los cinéfilos de thriller, un lugar alejado, un pequeño poblado llamado Clayton, en medio del invierno, la noche silenciosa, la poca participación de otras personas, centrándose en la investigación de John Cleaver sobre los asesinatos cometidos, todo esto en medio de la perspectiva de nuestro protagonista candidato asequible en convertirse en el próximo asesino serial, las reglas que se ha impuesto para no hacer daño a nadie y la cercanía que tiene con la muerte porque sí, su familia vive de una funeraria, entonces no se pregunten de donde no podría salir un chico tan obsesionado con la muerte.

El detonante de todo es que nuestro personaje quiere averiguar quien es el asesino que está detrás de estos horrores y pues el suspenso lamentablemente se termina casi en los primeros veinte minutos de la cinta, quería llorar, no era posible que se desarrollara tan fácilmente, aunque es cierto que en el libro esta escena en particular tiene mayor suspenso. No pues, no puedes malograrme la emoción en los primeros minutos a pesar de saber de antemano como iba a ir toda la historia. La acción que se encontraba en la novela no la percibí en el película, como bien dije en un principio es como decir ¿Quieres que se incluyan la mayor cantidad de escenas de la novela? pues toma ya! y me pregunto dónde queda el desarrollo de estas escenas que me parecieron importantes en la novela, faltaba calidad, más peso, más vínculo de los dos personajes principales, es como si la balanza se inclinara por el hecho de que el suspenso y terror no fueran partes fundamentales en una película de thriller.

Como lectora me ha faltado más emoción al asunto, pero como cinéfila, independiente de que está basada en un libro me pareció un poco tedioso y entretenido y creo que seguiré preguntándome si me gustó o no la película, ya tendré la respuesta. Quizá, ahora que me pregunto, hubiera sido mejor alargar más escenas que escarapelan del libro, situaciones como la disección de los cuerpos en la funeraria y en las muertes tampoco me convencieron, que más repugnante que ver el placer de un asesino, cosa que se explaya muy bien Dan Wells en el libro.

Para no ahondar más solo me queda decir que se puede disfrutar de la película si no te has encandilado del libro como yo, esperas mucho y no recibes casi nada, contando que al final, en las partes más interesantes del libro son cambiadas ferozmente en la película y pues no puedo desmerecer la participación de un grande como Lloyd y de un joven Records, mimetizados en sus papeles, un gran problema del director que no le dio peso a muy buenas escenas de suspenso.